Con el objetivo de estar actualizados, los alumnos de la especialidad de Odontología Pediátrica asistieron al 37º curso magno que organiza la AMOP, Academia Mexicana de Odontología Pediátrica, en Villahermosa.

Uno de los temas de actualidad es el uso de vidrios bioactivos en OMI.

La odontología mínimamente invasiva (OMI) se puede definir como el manejo de la caries con un enfoque biológico enfocándose en la prevención control y tratamiento, incluyendo la detección de lesiones tempranas, la identificación de factores de riesgo y establecimiento de estrategias de prevención y educación para la salud del paciente. Cuando los efectos de la enfermedad están presentes, en forma de una lesión de caries, se requieren estrategias terapéuticas con soluciones menos invasivas.

Dentro de los objetivos de la OMI se busca realizar una remoción selectiva sin anestesia, disminuyendo la hipersensibilidad y una exposición pulpar. Los vidrios bioactivos son una alternativa que se han popularizado en los últimos años debido a las características y propiedades que presentan.

Los vidrios bioactivos forman parte de los materiales llamados biocerámicos que tienen la capacidad de provocar respuesta en un tejido vivo o células, así como de inducir la formación de hidroxiapatita promoviendo la mineralización de los tejidos dentales (biomineralizador), así mismo, al ser un material biométrico imitará la naturaleza de dichos tejidos mediante procesos biológicos.

Dentro de sus componentes se encuentra el estroncio, nanohidroxiapatita, silicato tricálcico, silicato dicálcico, óxido, carbonato de calcio, oxido ferroso y dióxido de zirconio. En relación con sus propiedades podemos encontrar que son bactericidas, bacteriostáticos, estimulan la formación de dentina reparativa, promueve la vitalidad pulpar, son biocompatibles (permiten la adhesión a dentina y a otros materiales restaurativos), resiste las fuerzas de compresión, son radiopacos, de fácil manipulación y ofrece buen sellado.

Estos vidrios bioactivos funcionan estimulando las proteínas de la dentina y a los odontoblastos para que formen iones calcio y iones fosfato (sobresaturación) y que sean transportados a la matriz orgánica para formar nuevos cristales de hidroxiapatita.

Concluyendo que, al ser un material biocompatible, bioactivo y biométrico son una alternativa eficaz en el manejo de la OMI.